El
salitre y la emergencia de la industria del cobre hizo que se quedaran en estas tierras
Maletas cargadas con sueños. Así podríamos resumir la
llegada de familias extranjeras a nuestro país. Y aunque la historia de la
humanidad es la historia de las inmigraciones, lo cierto es que nunca es tarde
para abordar el aporte de quienes eligieron a Chile para comenzar una vida
nueva. Así lo señaló Ozren Agnic, durante el Seminario Huellas en el alma: el
aporte de la inmigración a la cultura chilena, organizado por el Programa de
Artes Liberales de la Universidad Andrés Bello.
Ozren Agnic, Ingeniero Comercial, escritor y Presidente
del Círculo de Profesionales y Empresarios de ascendencia Croata se reunió con
los asistentes del Seminario Huellas en el alma: el aporte de la inmigración a
la cultura chilena, organizado por el Programa de Artes Liberales de la
Universidad Andrés Bello y que durante 12 martes dedicará una sesión a
diferentes inmigrantes que llegaron al país. Agnic explicó que en el caso
particular de Antofagasta, es necesario referirse a los croatas que durante la
segunda mitad del siglo XIX llegaron hasta el norte de nuestro país,
entusiasmados por el excelente clima y la riqueza del salitre.
"Cuando los jóvenes croatas bajaban del barco que
los había traído a Chile, muchas veces habían administradores de las salitreras
que les regalaban una moneda de 5 libras esterlinas, el que rápidamente
mandaban a sus familias croatas. Como ese dinero era bastante en su país de
origen, los chicos quedaban impresionados y sin pensarlo comenzaban a trabajar
en las salitreras del norte grande" contó Agnic.
Calama y Chuqui
Cuando el negocio del salitre comenzó a decaer, este
grupo de inmigrantes extendió su campo de acción y llegó hasta la actual
capital de la segunda región y sus alrededores. En esa época un grupo
indeterminados de croatas se fueron a Chuquicamata y Calama donde ya se
desarrollaba la minería, en ambos lugares, se dedicaron al comercio y
hotelería. "En Calama, oasis en medio del desierto, instalaron negocios de
abarrotes y farmacias. En esta ciudad también inicia sus actividades Policarpo
Luksic (padre de Andrónico Luksic) quien se casó con una dama boliviana de
apellido Abaroa, vinculada con el estaño en Bolivia."
Otro inmigrante croata destacado fue Esteban Tomic,
hermano de Radomiro, ya que fue el primer gobernador de origen Croata en
Calama. "Esta familia fue muy importante en la zona. Radomiro fue senador
y candidato presidencial en 1970" dijo Ozren quien destaca también a las
familias: Siglic, Yutronic, Hrepic, entre otros.
En Chuquicamata la historia no fue muy distinta. Un
croata de apellido Defilipis asumió labores administrativas de alto nivel en la
Chile Exploration Co. Por su parte Simón Marinovic Guic, consiguió la concesión
con los norteamericanos y fue la única persona autorizada para vender bebidas
alcohólicas, refrescos y vinos en Chuqi. Dicha actividad le reportó grandes
ganancias y lo transformó en uno de los personajes más ricos del norte en plena
segunda guerra mundial. "Mi padre Ivo Agnic se trasladó en un principio a
Chuqui, donde compró un comercial de abarrotes y frutos del país" luego como
muchas familias los Agnic llegaron hasta Antofagasta, donde se apoderaron de
las esquinas a través de almacenes, los que contribuyeron al desarrollo
económico de la ciudad y a la compenetración entre ambas culturas.
"Mi padre, Ivo Agnic, durante la Segunda Guerra
Mundial fue Presidente de la organización Defensa Nacional Yugoslava, entidad
que recolectaba fondos para enviar a Yugoslavia junto con pertrechos que
escaseaban en dicho país". Los Croatas que llegaron eran hombres de
esfuerzo, que añoraban sus raíces y que hicieron hasta lo imposible por
contribuir a mejorar la vida de sus familiares que no pudieron llegar hasta
América, señala Ozren Agnic.
Más tarde cuando la familia comenzó a crecer Ivo Agnic
decidió instalar una librería. "La Barcelona se ubicaba en pleno centro de
la ciudad y con el tiempo se convirtió en un centro de reuniones para
intelectuales que conversaban sobre actualidad pero que finalmente terminaban
haciendo añoranzas de sus tierras".
El 95 por ciento de los croatas que arribaron a Chile,
provenían de la isla Brac. Eran hombres y mujeres con poca instrucción, pero
con una idea clara: en esta nueva vida sus hijos serían profesionales. Y así
fue. Según consigna los anales de la Universidad de Chile, la colonia Croata
fue la que más profesionales aportó a nuestro país. Además entregó una serie de
valores que hoy los distinguen y que el escritor Ozren Agnic enuncia con mucho
orgullo: "Somos puntuales y por sobre todo respetamos la palabra".
Dicen por ahí que la palabra de un Croata tiene más valor que un documento
escrito.
https://www.mercuriocalama.cl/prontus4_nots/site/artic/20070816/pags/20070816022241.html
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